Cuando llega el mes de octubre,
corro al huerto de mi casa,
y busco con alegría,
tres o cuatro calabazas.
Las preparo, las arreglo,
saco todas las semillas.
Les hago dos ojos grandes,
y una boca que da risa.
Mucho, mucho, me divierto,
con todas mis calabazas.
Y a todos mis amiguitos,
invito a jugar a casa.